miércoles, 1 de abril de 2009

Breve introducción

Para diseñar un libro biográfico, primero hay que leerlo, empaparse de contenido. Así, de la mano de M. A. Campodónico, recorrí la historia de Neme, y su permanente vocación de pintar. Conocí sus diferentes trabajos, su vida con Alicia Gugelmeier, su casona de Colón, siempre rodeándose de amigos, conocí a Clarel, y su historia me atrapó. Si tenía que salir, me llevaba el sobre con el material en el ómnibus, aprovechando cualquier excusa para devorar el libro. Es por eso que quise crear este blog. Difundir el libro biográfico que magistralmente realizó Miguel A. Campodónico es mi pequeño aporte para hacer conocer al hombre maravilloso, y al pintor destacado que fue Clarel Neme. A continuación transcribo el prólogo de dicho libro, hecho por M. A. Campodónico.

Anabella Corsi.

CLAREL NEME BIOGRAFIA

BIOGRAFÍA:
MIGUEL ÁNGEL CAMPODÓNICO.













Proyecto editorial
José Bellesi.
Colaboración Margarita Rodríguez
Coordinación general Hugo Fernández
Diseño y concepción gráfica Anabella Corsi
Fotografía de Obras Enrique Abal Oliú
Fotografía histórica Margarita Rodríguez y archivo familiar.
Anexo documental Raquel Pontet y Miguel Ángel Campodónico.
Traducción Estela Sloth
Impresión Empresa Gráfica Mosca

domingo, 29 de marzo de 2009

PRÓLOGO DEL LIBRO

PRÓLOGO DEL LIBRO


"La iniciativa de algunos amigos de Clarel Neme, ha hecho posible la realización de este trabajo que busca rescatar del olvido a uno de los artistas uruguayos que, como lo señaló la crítica en más de una oportunidad, se distinguió por su pintura de imaginación desbordada y que incorporó, además, una iconografía personalísima al punto de que las figuras que imaginó son asociadas inmediatamente a su nombre, aun por quienes no son especialistas en la materia. Así como, por ejemplo, hay monjas propias de Federico Fellini, o huertos de Marosa di Giorgio, hay mujeres gordas y muñecas que son indiscutiblemente nemenianas. Alcanza con verlas para saber quién las pintó. Esta es una de las huellas más notables dejadas por los creadores. Imaginar espacios y personajes que terminan imponiéndose a los demás con tal fuerza que se transforman en reales. Las figuras de Neme están a nuestro lado, andan con nosotros, hemos llegado a darnos cuenta de que existen gracias a que él las imaginó.
Más allá de la calidad técnica de Neme, de la cual se ocupan los críticos de arte, es necesario subrayar ahora su personalidad, su peculiar forma de vida, las difíciles etapas que debió cumplir hasta llegar a expresarse únicamente a través de la pintura, hechos que se convierten en puntos de interés para el investigador. Su carácter en principio retraído, aparentemente distante y tímido, no le impidió cosechar amigos fieles que, cuatro años después de su muerte, continúan recordándolo con afecto. La hospitalidad tan desbordada como su pintura que desplegaba en su casona de Colón, apreciada por todos los que lo visitaban, no es más que un claro ejemplo de su calidad humana y de la alegría que le deparaban los encuentros con la gente que valoraba. Seducido por la inteligencia de las personas, por las mujeres –sobre todo por las mujeres- por el valor de la amistad, por la pintura, por los animales –era vegetariano, claro- por la naturaleza, por los temas esotéricos, por las bebidas y las comidas, desplegaba un contagioso sentido del humor en las recordadas reuniones que se formalizaban en aquella casona de Colón.
Una de las consecuencias más interesantes que tuvo la investigación realizada para conocer la vida de Neme fue, sin duda, la comprobación –una vez más- de que la vocación, esa inclinación a una actividad determinada difícilmente explicable, termina imponiéndose a pesar de los escollos que parecerían dispuestos a anularla. Hasta tardíamente, instalándose en el punto de partida bastante después que los demás, cuando se ha sabido desde siempre cuál será el camino último a recorrer, la posibilidad permanece intacta. El Neme viajante, el vendedor de electrodomésticos, de repuestos de autos, de artículos de ferretería, productos farmacéuticos y de tantas otras variadas mercaderías, el mercachifle incansable, "el turco vendedor", terminó transformándose en un pintor de primera línea que triunfó en la batalla que tuvo que librar antes que cualquier otra, esto es, despejar el camino para que, una vez clarificado, pudiera visualizar allá lejos la línea de su horizonte, es decir, de su pintura.
Mientras los uruguayos nos hemos distinguido por nuestra capacidad de olvido, al tiempo que nos hemos ingeniado para dejar a un costado a quienes produjeron obras que por su valor continúan reclamando nuestra atención, es reconfortante emprender trabajos de esta naturaleza en tanto se siente que pueden contribuir a que nuestra memoria se refresque. Sobre todo, porque el interés que despertó la pintura de Clarel Neme en décadas pasadas terminó esfumándose con la rapidez de un fogonazo. Hoy en día, como pasa en Uruguay con otros artistas, apenas se la considera, razón por la cual muchos integrantes de por lo menos una generación nunca vieron un cuadro suyo."


Miguel Ángel Campodónico.

Clarel Neme. Artículo en El País Digital, 29, 12, 2008.

Espectáculos
El verano de las artes en el Este: un calendario atractivo y playero

Destacado. Una muestra de Clarel Neme sobresale entre la agenda esteña.


JORGE ABBONDANZA

La pintura también veranea. En el circuito que abarca desde el centro urbano de Punta del Este hasta la Barra de Maldonado, Manantiales y José Ignacio, la actividad de las galerías de arte resucita con el calor y el revuelo de los veraneantes.
La muestra sobre Clarel Neme que se abre el viernes 9 es un ejemplo mayor al respecto, no sólo porque Neme fue una de las figuras de primera línea que pobló el panorama plástico uruguayo a fines del siglo XX, sino porque acaba de aparecer un libro sobre su vida y su producción pictórica que es un agregado sustancial a la bibliografía artística de este país y de sus talentos en la materia.
El libro, de gran formato y lujosa edición, fue escrito por Miguel Angel Campodónico, un escritor que tiene su larga foja en medio de la cual figura Uruguayos por su nombre, un abecedario de las notabilidades del país, aunque esa trayectoria también abarca unas cuantas novelas, antologías y cuentos. Ahora, el libro de Campodónico sobre Neme repasa minuciosamente la existencia de ese pintor y lo hace no sólo con una información impecable sino además con un apego por la figura y su entorno que acercan al lector el perfil del personaje y el medio en el cual se desarrolló su trabajo.

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